El Olmos se vivió un feriado a puro fútbol y lleno de emociones, un tiempo para cada uno que no se reflejó en el resultado.

En 203 y 40 El Carbonero recibió al Trico, con un lindo marco de público la jornada futbolera cumplió las expectativas de todos los presentes, unos se fueron felices y otros se quedaron con ese gustito amargo que genera el “no alcanzó”.

Desde el comienzo mismo del partido Tricolores se olvidó que era visitante y salió a apabullar a un Aurinegro que no podía hacer pie en su propia casa. Fue así  que empezaron a llover los goles en una límpida tarde de Abril.

Con un doblete del Beto Concha, uno de Lucas Ruiz y un zapatazo de media cancha de Roque Castro que sorprendió al arquero y a todos los espectadores; Sergio Quijano hizo sonar el silbato y se fueron a los vestuarios con un Tricolores que ostentaba una efectividad casi del 100%, reflejada en el marcador parcial.

Comenzó el segundo período y el partido empezó a ser friccionado y algo aburrido, con local que aún no encontraba las formas y un visitante mas que satisfecho por la labor realizada; El Trico empezó a quedarse dormido y fué ahí que El Carbonero con una inyección de ánimo tomó las riendas del partido y empezó a venirse sobre el campo contrario y a dominar el complemento.

El interminable Quelo Cazzulo primero y el brillante Damián Zemaitis después, acortaron distancias en el marcador e izaron la bandera amarilla y negra con el partido dominado; los minutos siguieron corriendo, pero la gran labor del equipo de zona sur realizada en el primer tiempo fué un escollo difícilde superar para los del oeste.

Con un Peña totalmernte volcado al ataque, empezaron a aparecer los espacios cerca del arco local sobre el final del partido pero dos grandes atajadas de Nicolas Rodriguez, no permitieron que el resultado se incremente.

Fué final en el día de las Malvinas y Tricolores gritó bien fuerte en Olmos.

Por HerVelez

Periodista y fotógrafo, creador y productor de Fuegos de Oktubre, 97Sports y Desde boxes. Hincha fanático de Vélez Sarsfield, ricotero de toda la vida y enamorado de Puerto Madryn. Ex futbolista, manteniendo viva la pasión desde otro ángulo. Ferviente seguidor del ascenso liguista.