Nuevamente LPFC demostró que no es sólo un club de fútbol, y que poco le importa las veces que quieran bajarlo. Siempre está institución se levanta y se multiplica.
Ayer dio una muestra de solidaridad destinada a los niños y niñas del barrio. Triciclos, carritos de bebés, muñecas, pelotas de fútbol, autos, juegos de mesa y bicicletas, fueron algunos de los regalos. Además, disfrutaron de una rica chocolatada y torta.
«Pensar que todavía hay gente que duda del rol social que cumplen los clubes de barrio. Estamos orgullosos del grupo de trabajo y felices de ver las sonrisas de esos niños. Estamos emocionados, de ver los ojos brilloso de los padres, pero por sobre todo, felices de ser una mancha más de este Tigre que no para de crecer», sostuvo uno de los integrantes del club.