Hay un nuevo récord en la Liga Amateur Platense y no es un número más o una estadística que puede pasar desapercibida para el mundo liguista. Se trata de Camila Bressa, la jugadora de Talleres, que este domingo jugó su partido número 100 vistiendo la camiseta del club de sus amores.
Ella fue una de las tantas mujeres que desde chica se animó a romper el mito de que el fútbol es solo cosa de hombres. No podía ser de otra manera, si desde pequeña, en su mundo, siempre estuvo una pelota en el medio. Habrán sido de las tantas veces de ver a “Chirola”, su padre, alegrarse y sufrir por el deporte más lindo del mundo. Quizás las veces que fue a la cancha a acompañarlo, las charlas sobre tácticas que eran la sobremesa de los asados familiares, o los “picaditos” en la calle, con sus hermanos y sus primos, quizás todos estos condimentos atravesaron su vida para ser lo que es hoy.
«Juego desde hace cinco años y mi primer partido fue en un torneo relámpago con un equipo en Ensenada. No tengo muchos recuerdos, tenía 11 y dejé de ir porque me quedaba muy lejos. Obviamente de chica también jugaba con mis primos y hermanos», comenzó a relatar Bressa.
La jugadora de 20 años es la mayor de dos hermanos: Matías y Juan. Es de Los Hornos y juega en el club Talleres de Ferrocarril Provincial. Su función dentro de la cancha es de lateral por derecha. Sus padres son Fernanda e Ignacio «Chirola» Bressa (ex jugador de Villa San Carlos, Fuerte Barragán y Talleres, en donde también dirigió primera).
Aunque no ha marcado muchos goles, algunos de ellos se conservan en su memoria como un grato recuerdo. «El gol más lindo, de los pocos que hice, fue contra nuestro clásico, Tolosano, cuando la Liga era todavia fútbol 7. Fue de un tiro libre a favor, me acerco a pedirla, recibo el pase estando sola y defino. Lindo más que todo por ser en un clásico», recordó Bressa.
Han pasado cien partidos desde aquella vez que, en cancha de siete, Camila jugó su primer encuentro oficial en la Liga. Ella no se olvida de aquel momento y tampoco de agradecer a todas las personas que estuvieron en este andar en el fútbol.
«Agradezco a Leo Ferrante (director técnico de Talleres), él me formó como jugadora y en gran parte también como persona, ojalá siga aprendiendo de él por muchos años más. Confía en mí, más que yo desde el primer día».
Como no podía ser de otra manera, Cami reconoce la importancia de su papá en este camino: «Desde que tengo memoria lo acompaño a todos lados, a jugar, a dirigir, o simplemente mirando cualquier partido que se nos cruce. Además de sembrarme la pasión por el fútbol, me comentó sobre Talleres, cuando él empezó a dirigir mayores y jugar en el club. Me enamoré desde el primer día que fui a entrenar, y eso es todo gracias a él».
Al preguntarle sobre su amado Tren, aquella segunda casa donde pasa varias horas del día, Bressa es contundente y es la mejor manera de terminar está entrevista: «Respiro Talleres todos los días. Si no estoy entrenando o jugando, estoy dirigiendo la sub 17, o alentando a los chicos de mayores. Mi vida es esto y no lo cambio por nada».